Ahora bien, ¿por qué se ha prestado (y se continúa prestando) tanta atención al liderazgo…?
Dos son las razones que explican en nuestra opinión el protagonismo del liderazgo en la literatura del Management:
a) La primera, de puro
sentido común, es que el liderazgo resulta un tema atractivo en sí mismo, per
se, como dirían los clásicos, que a casi nadie deja indiferente Y es que esto
parece innegable y merece la pena intentar refutarlo (decía un sabio fiscal que
“probar la evidencia es cosa de idiotas”): hay temas que a la mayoría llaman la
atención y otros que no. Por supuesto, para
gustos se pintan colores, no nos entiendan mal, pero en esencia hay materias
que por su sólo nombre despiertan interés en el común de los mortales y otras
que los espantan.
¿No se lo creen?
Piensen por un momento, qué les atraería más en principio, una conferencia
sobre “el liderazgo en el siglo XXI” u
otra sobre “el legado de los presocráticos”;
no piensen en términos micro, sino macro, abstrayéndose de sus preferencias
personales. De hecho, a los autores del presente artículo ambas nos resultarían
igualmente atractivas, pero no creemos representar la opinión mayoritaria. Así,
la reflexión a hacerse se plantea más bien en estos términos: imagine que la
pregunta anterior se le hace a 100 personas escogidas al azar, ¿cuántas creen
que se decantarían por una u otra conferencia? Nos atrevemos a apostar por un
70/30 (a favor del liderazgo) y admitiendo sin problemas que si sustituyésemos
el liderazgo por el fútbol en esta encuesta virtual, mejor ni comentar el
resultado.
Esta primera razón
que hace del liderazgo un tema en sí llamativo para gran parte de las personas
hay que buscarla en el sentido común,
como ya señalábamos con anterioridad y si subrayamos sentido común es con toda
la intenciónØ Porque a través de los sentidos, ya sea el olfato, la vista, el oído, gusto o tacto le proporcionamos información al cerebro y al existir tantos artículos sobre el liderazgo, tantas películas sobre líderes, al ser una palabra tan presente en la prensa, el tema lo percibimos o sentimos como “conocido”, es decir, “nos suena”.
La costumbre, dicen/decimos los abogados, hace ley y al estar permanentemente acostumbrados a ver/leer/escuchar, aunque sea de pasada, cosas relacionadas con el liderazgo , nuestro cerebro las percibe como algo conocido y no ajeno.
Ø También porque no sólo es sentido, sino común, normal, ordinario, usual en contraposición a excepcional o especializado. El hombre “medio”, la “ordinary people” de la que nos habló Robert Redford en su película busca la simplicidad (que no la simpleza) y esa simplicidad la encuentra a priori en mayor medida en el liderazgo que, por ejemplo, en los presocráticos.
El sentido común es pues como la “primera impresión”, algo ligado en cierto modo a la intuición y por ello esta primera impresión es la que cuenta. El nominalismo no entiende de contenidos, no prejuzga el fondo, pero precisamente por ello hay nombres/temas que a priori, por sí mismos, captan nuestra atención mucho más que otros que incluso pueden llegar a ahuyentarnos.
b) Pero si bien el sentido común es de por sí importante razón para justificar el interés que el liderazgo despierta, no basta por sí sola. Ya saben aquello de que quizás sea condición necesaria, pero no suficiente. Y aquí es donde aparece la segunda razón: Se trata de la impresión que también casi todos tenemos de que el liderazgo, como muchos otros conceptos del Management, será aplicable a muchas facetas de nuestra vida, por lo que nos resultará de utilidad.
Es la vieja máxima de la praxis: Si lo puedo aplicar en mi vida, si me resulta “útil”, entonces me vale.
El liderazgo es uno de los conceptos estrella del Management, palabra inglesa que como bien nos recuerda Cubeiro en “La sensación de fluidez” tiene raíces latinas, “manus” y del italiano, “maneggiare” (que también procede de “manus”). Por eso interesa tanto el liderazgo, porque resulta de utilidad para “manejarse, gobernarse en el complejo mundo empresarial. ¿Sólo en dicho ámbito? La respuesta sólo puede ser no, al menos para los defensores de un enfoque holístico que se niega a considerar a la persona como un ser estanco divisible en distintas facetas estancas (laboral, familiar, etc.)
Nada más lejos de la realidad y por ello en nuestra visión integradora el liderazgo no sólo sería aplicable al mundo del trabajo, sino en general a toda nuestra vida y…¿puede haber algo más sugerente para alguien que ser capaz de “manejar”, de liderar su propia vida?