miércoles, 12 de diciembre de 2012

¡Esto es un cachondeo!

Estoy hasta las narices de lo mal que funciona, casi todo, en este país. Y la justicia no es igual para todos. Los políticos, banqueros, grandes empresas, etc., no la cumplen sistemáticamente.
Por ejemplo, llevamos ya una semana en casa sin calefacción (es eléctrica) porque Gas Natural Unión Fenosa vino a hacer "no sé qué" en el contador y nos ha dejado sin podernos calentar.
Hemos tenido que irnos de nuestro propio domicilio, alquilar una casa (y no me la alquilan por días claro, y como no sé cuándo se va a solucionar ...), para evitar que mi niño de tres años enferme, y la respuesta es que eso no es urgente, que pueden tardar hasta 15 días o más. Y luego tu tardas 15 días en pagarles y te meten en un listado de morosos. La justicia no es igual para todos.
Hemos puesto una reclamación en la Cosejería de Inductria de la Comunidad de Madrid, pero: primero, se la trasladan a Gas Natural Unión Fenosa y pueden tardar hasta seis meses en responder (luego no soluciona nada), segundo, sólo sirve para trasladar reclamaciones o quejas, por lo que el servicio en sí no sirve para nada (ya lo sabía por un caso anterior, pero esto lo corrobora), salvo para dar trabajo de mover papeles a unos cuantos funcionarios, tercero, sólo en el caso de que algún técnico (nadie de la CAM ha ido irá a revisar o comprobar el problema) lo considere, se lo pondría una infracción, pero conociendo la justicia, ya sé dónde quedará esa multa, si la hay.
Por nuestra parte hemos incurrido ya en varios costes: el electricista que vino a casa para cmprobar que nuestra instalación estaba bien y no era culpa nuestra; el depósito por el alquiler de la csa a la que nos hemos tenido que mudar (aunque no sea urgente para Gas Natural Unión Fenosa, para nosotros no tenr calefacción con un niño de 3 años en diciembre sí es un problema), y los meses (espero que no muchos pero hasta la fecha no se conoce el desenlace) que tendremos que estar fuera.
Y si luego lo quisiera recuperar, costes de abogados, procuradores, tasas, fiscales, jueces, etc... para una justicia un poco lente y que seguramente no sea ni justa.
En fin, que cada vez cobra más fuerza la opción de irnos fuera de España a vivir y que se financien medinte los impuestos de otros políticos, cargas adedo, maleantes de la carcel viviendo con calefacción, vagos, vividores de subvenciones, estafadores, corruptos y demás, que la lista es mucho más larga.
Decía alguien que quien hablara mal de España era un delincuente. Los delincuentes son los que nos hacen hablar mal de España con razón.

martes, 11 de diciembre de 2012

¿A quién creer?

Publicado en todas las cabeceras del grupo VOCENTO (Diario Montañés, Norte de Castilla, Diario de Extremadura y Las Provincias), el 11 de noviembre de 2012.

La cuestión ya no es si debemos creer más lo que uno afirma, y que se contradice con las declaraciones de otro. El asunto es que los políticos, en general, van a un ritmo completamente diferente al de empresas y consumidores y, por tanto, su visión de la realidad no se ajusta plenamente a lo que cualquier mortal “padece”.
La anterior afirmación viene al hilo de escuchar esta misma semana declaraciones de responsables políticos de diferente pelaje como Almunia o De Guindos, en el sentido de que la crisis ya está siendo superada, argumento que se contradice con algunos datos como el crecimiento negativo (recesión para entendernos, porque crecer de forma negativa resulta bastante complicado) que sufre España, o las previsiones de algún servicio de estudios de una entidad financiera que señalan a un incremento en el número de parados (y en nuestra opinión, todo el mundo puede comprender que si eso se acaba finalmente produciendo, no será indicador de nada bueno).
Está claro que, en la mayoría de las ocasiones, los políticos intentan vendernos una realidad edulcorada, seguramente para que no suframos, apoyando esos argumentos, siempre positivos, en algunas estadísticas que -como no todo puede ir mal- muestran señales de recuperación. Pero no dejan de ser más que eso, señales, que no nos guiarán al final del abismo si no se siguen realizando las reformas oportunas, algunas tímidamente iniciadas (mercado laboral, sector financiero), otras a la espera de acometerse (administración pública, o en plural, si lo prefieren).
De ahí la afirmación del tempo diferente del político que, eso, intenta ganar espacio al calendario para ver si todo se soluciona por el mero paso de los días, frente al resto de las personas o empresas, a las que el día a día les consume y sólo quieren una solución, inmediata, a sus problemas.
Pues nosotros no nos creemos ni a uno ni a otro, porque además nos da igual. Y ese es nuestro consejo para todos. Lo que tenga que ser, será. Y da lo mismo si ahora estamos saliendo o seguimos entrando. Lo importante es lo que cada uno de nosotros podemos hacer para que nuestra situación personal mejore y, desde ahí, que todo el país salga adelante. Sólo con un esfuerzo y un cambio de actitud por parte de todos, la recuperación / salida / salvación / crecimiento, será posible.
Es la hora de los políticos valientes, de los empresarios arriesgados (que no osados), de los trabajadores decididos. ¿Nos creen?