miércoles, 24 de junio de 2015

Consejero Independiente Coordinador

Publicado en Sector Ejecutivo, nº 200, junio 2015

El pasado cuatro de diciembre se publicó la nueva Ley de Sociedades. Entre otras cuestiones, esta norma obliga a las empresas a la creación de una nueva figura dentro de sus Consejos de Administración: el consejero independiente coordinador. En concreto, este cargo deberá aparecer cuando los puestos de consejero delegado y presidente recaigan sobre una misma persona.
Esta figura ya existía en otras economías (Estados Unidos, por ejemplo), e incluso grandes empresas de nuestro país ya la contemplaban. Pero es ahora cuando la obligación toma rango de Ley (anteriormente existía en un código de buen gobierno de las empresas cotizadas realizado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores). Según se establece en dicha norma, el cargo será elegido en votación por el consejo de administración, con la participación de los consejeros independientes y con la abstención de los ejecutivos. Entre sus  funciones se encuentran: solicitar la convocatoria del consejo de administración; inclusión de nuevos puntos en el orden del día de uno ya convocado; coordinar y reunir a los consejeros no ejecutivos y dirigir, en su caso, la evaluación periódica del presidente del consejo de administración.
Bajando a la arena, mediante la creación de este puesto se persigue la separación de poderes aportando al consejo un mayor control como supervisor de la gestión ya que evita una concentración excesiva del poder de la compañía en el Consejo. Aunque finalmente su eficiencia dependerá del grado real de independencia, así como de su capacidad para contrarrestar la posición del presidente de la empresa. En definitiva, su poder dependerá de su experiencia, de su capacidad para granjear apoyos dentro del Consejo, así como del respaldo que la normativa le otorgue, que debe ser mayor que lo que la nueva Ley de Sociedades le proporciona en la actualidad.
Sea como fuere, y para evitar nuevos escándalos empresariales relacionados con la mala gestión de las compañías, no basta con la inclusión del consejero independiente coordinador, sino que hay que reformar todo lo relacionado con las auditorias de las empresas, tanto internas como externas, así como los controles de riesgos establecidos internamente por parte de las corporaciones.
Será fundamental ver el trabajo realizado por estas nuevas figuras en el curso empresarial recién comenzado para ver su eficiencia de cara a evitar más episodios de escándalos empresariales que vienen a menoscabar la tan trabajado buena reputación de tantos y tantos empresarios y emprendedores que demuestran su valía día tras día.