Servicios
financieros a Particulares
En este apartado haremos referencia a los servicios
financieros que los particulares pueden encontrar en la Región de Madrid,
ofertados por las entidades financieras de depósito (bancos, cajas y, en mucha
menor medida, cooperativas de crédito).
La capitalidad financiera de Madrid ha hecho que en su
región estén presentes la práctica totalidad de los bancos y cajas del país.
Aún más. La banca extranjera y la banca de negocios operan casi exclusivamente
en Madrid y tienen muy poca difusión en el resto de la geografía española.
Esta
situación, unida a las características de eficiencia, innovación y servicio que
presenta el sistema financiero español, hace que cualquier operación, ya sea de
activo o de pasivo, destinada al segmento de empresas o al de particulares,
pueda realizarse a través de las entidades que se encuentran domiciliadas en la
región.
En lo que respecta a la banca minorista, la destinada a
dar servicio a los clientes particulares, la actuación debería centrarse en
motivar a las entidades financieras a que siguieran en el mismo camino de
eficiencia e innovación llevado hasta ahora, si bien cuidando el servicio a la
clientela, reduciendo al máximo las posibles reclamaciones que pueda argumentar
el público, ya sea mediante la creación de oficinas de usuarios de servicios
bancarios, bien apoyando la actividad de las asociaciones ya existentes (ADICAE,
etc.).
Conviene en este punto resaltar la cada vez mayor
importancia de los servicios destinados específicamente al segmento de los
inmigrantes.
Si bien estos ciudadanos muestran grandes recelos a la
hora de trabajar con los bancos afincados en Madrid, debido fundamentalmente a
la precariedad que han observado en dichas instituciones en sus países de
origen, así como a una gran falta de información; lo que está claro es que se
han convertido en un objetivo muy deseado por parte de bancos y cajas.
Madrid es la región donde los inmigrantes llevan más
tiempo, y es aquí donde la bancarización de este segmento ha comenzado. Las
remesas –la forma en que los inmigrantes envían dinero a la parte de sus
familias que han quedado en su región de origen-, se ha convertido en la
principal arma mediante la que captar esta clientela y fidelizarla. La
intensidad y velocidad en el aumento de la demanda de productos y servicios
bancarios más sofisticados por parte de los inmigrantes, dependerá en gran
medida de su adaptación e integración social. Por ello, ésta puede ser una
línea de actuación tendente a generar mayor volumen negociado y gestionado por las
entidades que operan en nuestra región.
Por otra parte, por grupos de nacionalidad, son los
inmigrantes procedentes de América Central y del Sur los más numerosos. Menores
problemas de idioma, cultura más cercana y, por tanto, un mayor nivel de
integración social pueden encontrarse detrás de este hecho.
En esta línea, esa identidad cultural y lingüística ha
hecho que las relaciones entre las empresas y los bancos españoles con los
países de América Latina vengan incrementándose en los últimos años. La gran
banca española ha logrado un éxito importante en banca al por menor en dichos
países. Las grandes empresas españolas se están internacionalizando e
invirtiendo grandes cantidades en dicha región.
Aprovechando esta circunstancia, existe una oportunidad
clara de contrarrestar la fuerza de otras plazas financieras muy establecidas,
como es la de crear las condiciones favorables que conviertan a la región de
Madrid en un lugar idóneo para establecer Centros
de Coordinación Financiera por parte de empresas multinacionales para sus
operaciones en y con América Latina, de forma que este puente, que existe pero
que hay que seguir fomentando, entre Europa e Hispanoamérica suponga un valor
añadido para esas empresas.
Esta cuestión es objeto de análisis en el siguiente
apartado.
Servicios
financieros a Empresas
En
esta sección no sólo centraremos los comentarios en los servicios financieros,
sino que trataremos en general todos los servicios que Madrid puede ofrecer a
las Empresas.
Se
ha podido constatar que la implantación de Centros de Servicios Financieros en
el ámbito europeo y mundial es una fórmula que muchas multinacionales están
llevando a cabo. En España, muchas de las mayores empresas son filiales de
multinacionales extranjeras, por lo que sus funciones financieras se están ya
trasladando –por el efecto que ha provocado el nacimiento del euro como moneda
única- a sus matrices o a sus centros de tesorería que se encuentran en países
como Irlanda, Bélgica, etc.
En este sentido, podemos citar a modo de ejemplo, los
diferentes Centros de Servicios Compartidos ("share service centres",
o centros que pretenden prestar servicios a distintas empresas del grupo en
distintos países), que en los últimos años han implantado compañías como
Whirpool, Hewlet-Packard, Zurich International, Pittson Company o Amoco
Corporation. Otros casos de los que se dispone de información, son los centros
de este tipo que Bayer, Iris Bus y Sara Lee han puesto en marcha en el área de
Barcelona.
Precisamente, una de las cuestiones más relevantes en
esta cuestión es el tema de las variables o factores clave que la matriz tiene
en cuenta a la hora de establecer la localización del centro. De esta forma,
comúnmente y prescindiendo de las particularidades de cada compañía, los
factores que tienen un mayor peso a la hora de tomar esta decisión podrían ser
los siguientes:
·
Experiencia demostrada por parte de
la filial en algún proyecto global al nivel de centralización de Tesorería,
Cuentas a Pagar, etc.
·
Costes laborales
·
Características del mercado laboral
·
Atractivo para el personal
extranjero (calidad de vida)
·
Conocimiento de idiomas
·
Disponibilidad y coste de
infraestructuras y servicios
Hasta la fecha, los grandes grupos multinacionales han
utilizado vehículos adecuados tales como los Coordination Centres en Holanda y Luxemburgo, sociedades con tax rulings especiales en Holanda, IFSCs
en Dublín (Irlanda).
Sin embargo, la gran mayoría de estos vehículos son
considerados como practicas perniciosas (harmful
practices) tanto por la Unión Europea como por la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Este criterio es aplicable tanto
a Holanda como a Luxemburgo. Sólo se vislumbra un futuro halagüeño para
Irlanda. Probablemente, estos ventajosos sistemas irán desapareciendo paulatinamente.
ASSET, la Asociación Española de Financieros y
Tesoreros de Empresa, ya señaló las circunstancias que deben considerarse en la
elección de una zona concreta de un país para instalar un centro de servicios
compartido:
1.
Alcance de los servicios que se prestarán por parte del centro de servicios
compartidos.
2.
Liderazgo del propio proyecto de implantación.
3.
Fiscalidad aplicable a los propios servicios.
4. Movilización de recursos humanos ya existentes en
otras naciones (cuyo contrato se extinguirá en tales países como consecuencia
de la nueva implantación del centro de servicios). Posibilidad de reabsorción y
traslado de ciertos recursos.
5.
Facilidad de encontrar personal cualificado que se adapte fácilmente a la
cultura del grupo y con buenos conocimientos de idiomas.
6.
Facilidad de comunicaciones.
7.
Servicios de telecomunicaciones.
8.
Buena red bancaria y financiera.
Lógicamente, la naturaleza de los servicios a prestar
por ese centro va a influir mucho de la ciudad a elegir.
Por tales circunstancias existen ciertos factores que
se convierten en vitales en la elección de una ciudad.
·
Calidad
de vida
·
Formación cultural de sus habitantes
y potenciales empleados (Universidades, escuelas de negocios, conocimientos
idiomáticos, conocimientos informáticos, etc.)
·
Atractivo de la propia ciudad a
personal desplazado de otras empresas del grupo.
·
Coste de la vivienda y facilidad de
alquiler de vivienda.
·
El domicilio efectivo de los propios
líderes del proyecto y futuros directivos del Centro de Servicios compartido,
con el fin de asegurar la continuidad del proyecto.
·
Facilidades con relación a la
utilización de herramientas de banca electrónica por parte de los bancos
locales.
·
Facilidad de comunicaciones
(aeropuertos, red viaria y ferroviaria).
En el caso de España y sus posibles zonas de
implantación, para un extranjero que deba expatriarse puede ser más atractiva
la zona mediterránea (Barcelona, Valencia) que Madrid, pero el resto de
factores a tener en cuenta son mucho más importantes que la benevolencia del
clima.
Por
ejemplo, es importante considerar en qué países se hallan las empresas del
grupo. Si las mismas sólo están en Europa, a efectos de comunicaciones, la
posición de Barcelona es más ventajosa que Madrid, debido a la mayor proximidad
al resto de países europeos. Si las empresas están más distribuidas, tanto
Madrid como Barcelona, juegan un buen papel.
Con la gran mejora de las herramientas de banca
electrónica, el lugar donde residan los financieros y/o banqueros del grupo juega
un papel menos relevante, aunque siempre es importante el considerar tal
circunstancia.
En cualquier caso, la Región de Madrid debe realizar un
balance de aspectos positivos (identidad cultural y lingüística,
comunicaciones, red bancaria y de servicios financieros, etcétera) y negativos
(fiscalidad, etcétera) de su ubicación, para determinar si puede luchar en este
sentido y favorecer e incrementar esos factores positivos para convertirse en
zona donde ubicar Centros de Coordinación Financiera, apoyándose, sobre todo,
en ese puente existente en España entre Europa y América Latina.
En este sentido, ya se han creado lazos más intensos
entre ambas zonas, como lo demuestra el mercado Latibex, el único mercado internacional sólo para valores
latinoamericanos, que nació en Diciembre de 1999.
Latibex representa un marco idóneo para canalizar de
manera eficaz las inversiones europeas hacia Latinoamérica, pues permite a los
inversores europeos comprar y vender las principales empresas latinoamericanas
a través de un único mercado, con un único sistema operativo de contratación y
liquidación, con unos estándares de transparencia y seguridad reconocidos y en
una sola divisa: el euro.
Un único mercado que se apoya en la plataforma de
negociación y liquidación de valores de la Bolsa española, de tal forma que los
valores de América Latina cotizados en él, se contratan y liquidan como
cualquier valor español.
Por otro lado, permite a las principales empresas de
América Latina un acceso sencillo y eficiente al mercado de capitales europeo.
En suma, acerca al inversor europeo a una de las regiones más atractivas,
resolviendo la complejidad operativa y jurídica y reduciendo riesgos.